Dejad que os hable de la angustia y de la pérdida de Dios, errando, errando en la noche sin esperanza. Aquí fuera, en el perímetro, no hay estrellas. Aquí fuera estamos flotando, inmaculados....(Jim Morrisson)
UN LIBRO, UNA PELI
Hola lectores.
Lo que me ocurre últimamente y por eso lo escribo, para que ustedes lo sepan, no es nuevo. En realidad es algo que pasa desde que era pequeño, desde que empecé a leer.
Este hecho, que parece tan misterioso no es otro que la pasión y las ganas de leer un libro a sabiendas que al instante de leerlo lo puedes ver en la gran pantalla.
Me explico:
Todo empezó con J. Tolkien y su Señor de los anillos, a continuación vino El Código da Vinci, el Perfume, La Daglia Negra, La vida Secreta de la palabras, El niño con el pijama de rayas… y algún que otro título (sin desperdicio ninguno) que me dejo en el tintero o mejor dicho, en el teclero.
Estos títulos de libros tienen en común que, a cada uno de ellos, se le ha producido una película dependiendo siempre de la aceptación que haya tenido el libro sobre el público.
Todos ellos tienen en común también el hecho de que sean algunos de los libros que más me gustaron o impresionado en algún momento determinado y que culminaron su misión en la gran pantalla, poniendo la guinda del pastel a un trabajo bien hecho.
No se me olvidará el momento en el que terminé de leer l perfume y acto seguido puse en el DVD dicha película que guardaba celosamente sin verla hasta haber terminado antes el libro. Pues bien, el efecto fue sorprendente. Éste libro en concreto tiene la misión de despertar ciertos sentidos en el lector combinándolos con el pensamiento de el personaje que apenas habla en la película, esto hace que se preste una atención especial al libro y que sólo entiendas (en su totalidad) la película si has leído el libro antes.
Los rostros de las muchachas eran tan bellos como los imaginaba, el macabro personaje trabajaba de la forma que lo imaginaba, las calles de París eran fieles fotografías a lo que se me pasaba por la cabeza mientras lo leía y sobre todo, pude oler casi en el televisor cualquier cosa que desprendiera eso. Olor.
Actualmente quizá no tenga en mente comprarme algún libro (aunque lo he hecho con uno de Carlos Ruiz Zafón) que no salga a posteriori en la pantalla convirtiéndome así poco a poco en un aficionado lector de la Ficción, la fantasía y lo Sub-real.
Me rondaba la idea, mientras usaba el W.C que, si el hecho de que los buenos libros los proyectaran después en la gran pantalla y eso hiciera que mi hábito por la lectura se multiplicara por tres, podrían hacer lo mismo en las escuelas, por ejemplo…
-“Hola niños!, Hoy vamos a empezar la clase leyendo un ejemplar de John Boine, “El niño con el pijama de rayas” y dentro de dos semanas cuando lo hayamos leído todos lo proyectaremos en clase y compartiremos las impresiones de todos”-
A mi particularmente me encantaría que mi hijo recibiera ésa educación en una escuela, por dos cosas, primero la fomentación a la lectura que ello conlleva y segundo, el contraste en la imaginación de un niño al poder ver seguidamente la película.
…Y digo yo, esto es una paja mental mia??? O es demasiado tarde y he de irme a la cama??
En cualquier caso, me parece buena idea y me gustaría saber vuestra opinión si estáis de acuerdo o no conmigo (que supongo que todos lo estarán) pero lo que si tengo claro es que lo bonito de leer un libro es el momento en el que te lo lees y no cuando lo terminas, el momento en el que te imaginas la ciudad de “La Historia Interminable” , por ejemplo, o los rostros de terror de “El resplandor”, o la ciudad de Barcelona en la Sombra del Viento, en fin, leer es imaginar, soñar y crear….
… y además podemos ver en la gran pantalla la imaginación, los sueños y creaciones de los que llevan los libros hasta el séptimo arte.
A leer “to quisqui”!!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)