2ª CARTA AL SEÑOR ZAPATITOS

Pito, pito, gorgo rito, donde vas tu tan bonito, na na n ana ni no na, n ana nero n ana ná.

Te tocó…. Jose Luis Rodríguez Zapatero (ota vé)

Hola Sr. Zapatitoso.

Es para mi un placer tener contacto con usted tan a menudo. Creo recordar que la última vez que hablamos fue para expresarle mi malestar ante la acción que llevó usted a cabo de dejar en libertad al “tonto-polla” etarra ese, De Juana Chaos.

Como es habitual en la justicia de éste país, las acciones que toman los jueces ante casos de crímenes, asesinatos y demás delitos, salen beneficiados los delincuentes. Y si no salen beneficiados, en cualquier caso salen mucho más contento de la sala en la que se celebran los juicios que las propias víctimas y familiares de la misma.

Que quiero decir con todo esto?? Muy sencillo:

Ayer soltaron al hermano del asesino de Marta de Castillo y el cuerpo todavía sin aparecer. Como dije en la primera carta que le envié, Sr. Zapatitos, hay dos formas de hacer las cosas, o al menos así las veo yo. Puede un juez aferrarse a la ley sin poder hacer nada por las víctimas como en éste caso de Marta pero creo que la otra forma de hacer las cosas (con el mismo resultado) es por lo menos aparentar que alguien se está preocupando de éste caso, es decir, que cualquiera que hable de esto tiene la sensación de que éstos “niñatos” que han asesinado a ésta joven se están burlando de la familia y de la justicia además de tener una estrategia difundida por los medios de comunicación para que no aparezca el cuerpo y así no poder condenarlos dignamente. Otra es por lo menos dejar a un policía con un perro olfateando la orilla del río Guadalquivir para al menos no tener la sensación de saber que hay algún cuerpo de una chica tirado en algún sitio y nadie hace nada por intentar buscarlo siquiera.

Y la parte más compleja quizás es la condena de los “niñatos” canorros éstos que han cometido el trágico asesinato.

¿Qué tipo de condena se merece una persona que, tras asesinar a una chiquilla, burlarse de la policía, ocultar pruebas, ocultar testigos, destruir el arma homicida, mentir a los jueces en sus confesiones, no desvelar la posición del cuerpo y por descontado no tener ningún tipo de remordimiento ni arrepentimiento hacia la familia, vecinos, amigos y en definitiva a toda la sociedad salpicada por tan traumático suceso.

Sr. Zapatitos una vez más le expreso mi desilusión y mi rechazo a la gestión que usted está llevando a cabo ya que, suponiendo que dirigir un país es bastante complicado, lo sería menos si tuviera a los ciudadanos un poco menos disgustados con pequeños actos que lo “honrarían”.

A la hoguera Sr. Zapatitos