TRECE BAR




Hola a tod@s.

Como la gran mayoría de las inauguraciones se suelen hacer a lo grande, yo no he querido ser menos. No puede haber mejor forma de inaugurar ésta etiqueta que haciendo mención de uno de los lugares más míticos en la época de los 90s en Alcalá de Guadaíra. El bar “TRECE”.

El “Trece Bar” se inauguró en la década de los noventa (a mediados) por tres chicos (los cuales tengo el gusto de conocer) que no tenían ni idea de lo que se le venía encima al tener a un gran porcentaje de jóvenes alcalareños cada fin de semana metidos en su local ingiriendo cualquier forma líquida con cualquier instrumento llámese vaso, porrón, olla de aluminio, y otros útiles destinado al consumo alimenticio (o no.)

Según mis cálculos, entre botellines, cubatas, tabaco, partidas de futbolin y otros quehaceres, habré gastado millones y millones de euros en éste santuario para amantes del buen rollito, buena música y, sobre todo, buena gente.

Y es que en el Trece Bar hemos hecho de todo…
Excepto coger borracheras (yo lo que cojo son “tajás”) hemos pasado incluso a encerrar a uno de sus camareros tras la barra para poder seguir jugando al futbolin a altas horas de la madrugada de un día cualquiera (ahora se ríe el chaval cuando se lo cuento pero en su día no le hizo ni puta gracia…) Y es que, cuando a cuatro tios se le pone en los huevos “echar otra partidita” no ha Dios que los pare.


Y que me dicen de las Jarritas de aluminio con los nombres de cada consumidor? (con una variada fauna de acaros y otros formas de vida mutantes)
Y que me dicen de las ollas de cerveza a 6 pelotes? (que con una basta!!, Dos es demasiado)
Y las noches de veranito en la terracita tras el previo estudio sobre el tiempo que le queda a esa pareja de la mesa para irse y poder poner la bandera para tomar como nuestra las mesas prácticamente hasta comienzos del invierno… (o primavera del siguiente año)
Y no podríamos olvidar la tremenda expectación que despertaba la escalera de entrada donde más de el 50% de las chicas que la bajaban entre las 1:30h y 4:45 am lo hacían de forma…. Ligerita!! (para los de la logse: Pegándose una ostia padre)

Los ligues:

Allí “hemos” conocido la gran mayoría de las generaciones del 76/80 a todo tipo de chicos y chicas que han formado parte de nuestras vidas, bien sea sentimental o amigablemente de las cuales muchos de ellos pueden decir que a su chico/a la conoció en el Bar Trece… Y es que, en la bebida que se servía allí, además de la graduación del tintorro, llevaban hormonas incluidas explicando así la temperatura corporal conjunta tan elevada en las noches de sábado veraniegas…

Tampoco sus dueños tenían desperdicio alguno. Ellos mismos parecían clientes del mismo bar tomándose sus copas con sus amigos, creando eventos lúdicos, organizando movidas relacionadas con el motociclismo, conciertos, inauguraciones de otros locales, sorteos… y es que, como dije al principio, en éste bar si hay algo que sobraba era el buen rollo, lema que acompañó al mismo desde su apertura hasta el cierre.

La verdad es que echar de menos un bar no es muy digno que digamos pero, entre la escasez de entretenimiento, la alopecia, los niños, y todas esas cosas que ahora ocupan la mayor parte del tiempo de nuestra vida es difícil mirar atrás y no sentir algo de nostalgia por los lugares donde has forjado tu adolescencia a base de cerveza y cuyo fruto son la entrañable maraña de amigos de los que tengo la tremenda suerte de rodearme hoy día. Por eso mismo, porque son tan maraña como yo,

No quiero acabar éste resumido homenaje al bar Trece teniendo yo la última palabra. Espero que en vuestros comentarios (si hay alguno) contéis alguna anécdota como cuando te caíste por las escaleras, o cuando con la papa de chupitos te enrollaste con el más feo del bar, o cuando volvías de la pizzería de enfrente con un trozo de pepperoni entre los dientes pidiéndole salir a la chica que te gustaba…. En fín, esas cosas que nos han pasado a todos.

Gracias por tantos años de buen rollito, diversión y nos vemos en los bares…